“El éxito de la selección se debe en gran parte a la experiencia que han aportado los que han salido a jugar al extranjero”

El ex jugador del Real Madrid y de la selección española de fútbol entrena actualmente al equipo infantil del club Ford, y los lunes y miércoles comparte con la EDM las instalaciones del Lili Álvarez

• “La gente se acuerda de la Quinta del Buitre por el buen fútbol que jugamos y no necesitamos ganar la Champions”

•  “Para mí, la fama no es importante, no la echo de menos” 

• “Más tarde o más temprano, el Madrid ganará la décima, pero no es bueno obsesionarse con ella”

 

 

Texto y fotos de Alejandro Posilio

Este centrocampista madrileño de 48 años es uno de los grandes jugadores que ha dado el fútbol español. Su estilo exquisito le llevó a disputar 38 partidos con la selección española, en la que hoy en día tendría puesto seguro, por estar más que cualificado para participar del tiki-taka. Gran parte de su fama se debe a que formó parte de la inolvidable Quinta del Buitre, en la que destacó por su excelente calidad, lo que unido a su entrega y esfuerzo le valieron para sumar seis Ligas y dos copas de la UEFA con el Real Madrid, club en el que comenzó en la cantera. Fue uno de los pioneros en emigrar a otros países para participar en distintos campeonatos, al jugar en el Torino (Italia), Olympique de Marsella (Francia), Atlético Celaya (México) y Kalrsruher (Alemania), donde se retiró por las lesiones. Hoy entrena al equipo infantil del club Ford, pero su idea es llegar a dirigir a algún conjunto de la élite del fútbol español.

¿A qué se ha dedicado desde que dejó el fútbol profesional?

Terminé en 1998. Y desde entonces, mi relación con el fútbol ha sido a través de los medios de comunicación, principalmente en la radio, en prensa con Marca, y en televisión, primero con Telemadrid y ahora con TVE. Así que estoy muy relacionado con los medios de comunicación, que siempre me han gustado. Es una experiencia positiva y estoy muy contento. Además, en 2006 aprobé el nivel III de entrenador, por la Federación Española, válido para la UEFA, y tuve una experiencia en la Copa Coca-Cola, en la que fui seleccionador de Galicia, y quedamos cuartos. Fue una buena experiencia. Y actualmente, entreno a un equipo infantil del club Ford.

Este proyecto es nuevo. ¿Cómo se produjo?

La cabeza visible es Manolo Sanchís, que fue el iniciador. Nos lo comentó a Iván Pérez y a mí, y nos gustó mucho la idea. Hemos creado el club con el patrocinio de Ford. Tenemos un equipo benjamín, un alevín, dos infantiles y un juvenil. Todo está yendo muy bien y estamos muy contentos con la experiencia.

¿Entrena por hobby o porque le gustaría dedicarse profesionalmente a ser entrenador?

Entreno porque me gusta. De momento, estoy con los chavales, pero mi idea es entrenar a nivel profesional.

Martín Vázquez siempre está atento a sus jugadores.

Pero para un profesional como usted, con un buen número de títulos a sus espaldas, que ha formado parte durante muchos años de la élite mundial de este deporte, entrenar a un equipo infantil se le debe quedar my pequeño.

No. Lo importante es estar a gusto y sentirte realizado, estar contento con lo que haces. La verdad es que la idea me gustó mucho, porque es un proyecto muy bonito, tengo un grupo extraordinario de chavales y todos los días aprendo y me divierto. Y para mí esto es fundamental.

¿Usted también es de los defensores del fútbol combinativo? ¿Es el estilo que les enseña a sus jugadores?

La verdad es que tendemos a imitar lo que funciona bien. Como yo entiendo el fútbol, hay muchas formas de jugar, y todas son válidas. Al final, el objetivo que todos buscamos es competir bien para ganar. Pero luego entra un poco la filosofía de cómo conseguir ese objetivo. Hay gente que prefiere ganar de cualquier manera, con un fútbol muy directo o de otra forma.

¿Cuál prefiere usted?

El fútbol de control, aunque no hay un solo fútbol. Durante un partido hay distintas fases, En un momento dado, un equipo puede jugar al contragolpe, y en otro momento tiene que dominar el juego. Lo importante es saber dominar todas las facetas del juego que se producen a lo largo de un encuentro. Creo que a los chavales hay que enseñarles conceptos, pero todo es válido y tiene su importancia.

Pero en España, gracias al éxito del Barcelona y de la selección española, se está imponiendo el fútbol de toque.

Lo que es evidente es que al fútbol se juega con un balón, y cuanto más tiempo lo tengas, más probabilidades tienes de hacer gol que si no lo tienes. Es lógico.

¿Qué tal la experiencia como comentarista? ¿Es cómo pensaba?

Muy buena. Desde el principio me sentí cómodo y a gusto, tanto en la radio como en el periódico como en la televisión. He tenido la suerte de trabajar con grandes profesionales, que me han hecho más fácil mi aportación. Es algo que siempre me ha gustado.

El ex jugador del Madrid explica los ejercicios a sus jugadores durante el entrenamiento.

¿Y se ve muy distinto que desde el césped?

Sí, es muy diferente. Nuestra visión, a diferencia de la de un periodista, quizá sea que, como has estado en el otro lado durante mucho tiempo, sabes de las dificultades que representa el jugar y tomar decisiones, circunstancia que se le puede escapar a otras personas que no las han vivido y que no le dan la importancia que tiene.

¿Comprende mejor ahora la labor del periodista?

Siempre intenté entender su trabajo y respetarlo, que es lo fundamental. La base es el respeto mutuo de cada profesión. En este sentido, tanto cuando era profesional como ahora, creo que me he llevado muy bien con ellos.

¿Pero los comentaristas también reciben muchas críticas?

¡Claro! Cuando uno está en un medio, está expuesto a que haya gente a la que le gustes y otra a la que no. Es lógico, pero hay que estar abierto a esas críticas.

¿Cómo lleva el estar alejado de la fama?

Nunca he sido una persona que haya necesitado la fama. A mí me llego por jugar al fútbol, que era lo que más me gustaba hacer, y siempre he tenido claro que esa fama era circunstancial y momentánea. MI ego no ha hecho que eche el fútbol en falta por la fama, sino porque es lo que más me ha gustado hacer. Pero también es verdad que hay que saber cuándo decir basta. Y en ese sentido, lo he tenido claro. Para mí la fama no es realmente importante, no la echo de menos.

¿Y tiene mono de jugar al fútbol?

Tuve un final de carrera atípico. Me explico. No tuve el final  que me hubiera gustado, por las circunstancias del momento que me tocó vivir, por las lesiones y por el cambio que hubo en el mundo del futbol con la llegada de la ley Bosman, que supuso la afluencia de muchos jugadores extranjeros, lo que propició tener dificultades para poder terminar mi carrera. Pero la principal razón fueron las lesiones. Fue una lucha interna de querer seguir jugando, pero de no poder. Al final, lo dejé quizá un poco pronto, con 33 años, por las lesiones. Si no hubiera sido por ellas, podría haber seguido jugando un poco más de tiempo. Pero al final llega un momento en el que tú mismo te das cuenta de que ha llegado el final. Y cuando llegó, no lo eché tanto en falta. Y ahora tampoco.

El ex centrocampista blanco delimita el campo para sus jugadores.

¿Lo de la Quinta del Buitre les benefició o les perjudicó?

Nos benefició muchísimo. Todo fueron beneficios. Afortunadamente, después de tantísimos años de haber acabado mi carrera profesional es una satisfacción que la gente todavía nos recuerde por lo que hicimos y por lo que representó la Quinta. Y la satisfacción principal es que la gente se acuerda del juego que desplegamos, porque les gustaba.

¿Pero por el  hecho de pertenecer a ese grupo se les exigió a sus miembros mucho más que a otros profesionales?

Es lógico, cuando la gente te exige es porque puedes darlo. Creo que hay que exigir a quien puede dar.

Muchos le consideraban el jugador de más calidad de la Quinta, ¿Está de acuerdo?

No, sinceramente, creo que cada jugador de esa generación tenía unas condiciones muy diferentes. Manolo Sanchís jugaba atrás, en su posición ha sido de los mejores, porque tenía mucha calidad para sacar el balón, implacable en el marcaje, anticipativo, siempre bien colocado, tenía muchas condiciones para triunfar. Creo que  ha sido uno de los mejores centrales, sin ninguna duda; Emilio Butragueño era imprevisible en el regate, en el área; Michel era un jugador de banda con desborde y centro; y en mi caso tenía otras condiciones. Va en gustos, habrá gente a la que le gustaba más yo y otra a los que les gustaba más otro.

¿El aspecto negativo de la Quinta del Buitre está marcado por no haber ganado la Copa de Europa?

Es curioso, porque creo que aquella generación mereció una Copa de Europa, pero no se llegó a conseguir. Pero después de tantos años, la gente se acuerda de la Quinta del Buitre por lo bien que jugaba al fútbol, y para ser recordada no ha necesitado conseguir una Champions. Y, sin embargo, otras generaciones que han logrado alguna Champions, no son tan recordadas. Pero, evidentemente, se puede decir que el  fútbol nos debe algo.

¿Por qué no la ganaron?

La Copa de Europa, en aquellos años, era una competición a cara o cruz desde el primer momento. Tenías un día malo y te quedabas fuera. El año que debimos ganarla fue el que nos enfrentamos al PSV en semifinales, Enfrente tuvimos un buen equipo, pero no era mejor que el nuestro. Pero en dos partidos, por el valor doble de los goles fuera de casa, pasaron ellos. En la vida, muchas veces para dar el paso del no éxito al éxito es necesario algo de fortuna.

Martín Vázquez ganó seis liga y dos Copas de la UEFA

¿Por qué los grandes jugadores del Real Madrid, como por ejemplo usted, Butragueño, Raúl, y posiblemente Casillas, no terminan sus vidas profesionales en el club blanco?

Porque es difícil que hoy en día se viva lo que pasaba antiguamente, que jugadores bandera empiecen y terminen su carrera en el mismo club. Creo que el último caso es el de Manolo Sanchís. Butragueño parecía que podía ser, pero al final siguió jugando fuera. Con Casillas no sabemos qué pasará, Guti tampoco pudo. Hoy en día es muy difícil estar toda una vida en el mismo club. No se termina de valorar, se olvida pronto todo lo que hace uno por un club.

Pero pasar muchos años en un club como el Real Madrid, en el que se gana mucho dinero y disfruta de mucha fama, tiene pinta de ser muy complicado por la presión que se recibe.

Muchísima. Es dificilísimo, por eso es tan difícil mantenerse en lo más alto durante mucho tiempo. Por eso tienen tanto valor los jugadores que están tantos años en la élite.  En este país se suele valorar a una persona cuando termina su carrera. Estamos acostumbrados a eso.

¿Ganar la Champions se ha convertido en una obsesión para el madridismo?

Tanto como una obsesión, no sé, pero sí es una fijación. Y esto es perjudicial. Se habla mucho de la décima, quizá porque es un club que está obligado a conseguir las cotas más altas y se le exige el máximo, pero cuando se lleva tanto tiempo sin conseguirla, cada año es una posibilidad nueva. Es curioso que después de 32 años que se tardó en lograr la séptima, en seis años se sumaron tres. Son etapas. Hay que tener paciencia. En teoría, más tarde o temprano, el Madrid la ganará, pero obsesionarse no es bueno.

Usted se fue del Madrid y volvió. ¿Se arrepintió en algún momento de volver?

No, en absoluto. Mi casa siempre ha sido el Real Madrid. Tuve la suerte de poder volver y estuve muy contento.

Jugó en Italia, Francia, México y Alemania. ¿Le hace mejor jugador a un profesional conocer competiciones de distintos países?

Sí, sin lugar a dudas. De hecho, creo que el éxito de la selección española ha sido ese, que la experiencia que han adquirido jugadores al salir al extranjero a jugar ha repercutido positivamente en la experiencia individual que han aportado esos jugadores al colectivo. Esto ha tenido que ver mucho en los éxitos de la selección, aparte de otras cosas. Creo que siempre es positivo, te hace crecer como profesional y como personas. Y eso es my importante.

El técnico madrileño posa con sus jugadores infantiles del Ford.

¿Cuál fue su mejor momento en el Real Madrid?

Mi último año en el club de la primera etapa. La temporada 89/90 fue mi mejor temporada. En Italia, las dos temporadas también fueron muy buenas, quizá la primera mejor. Estos fueron mis mejores años como profesional.

Cuando jugaba en el Torino y regresó al Bernabéu para enfrentarse al Madrid no fue muy bien recibido. ¿Cómo le sienta a un madridista de toda la vida ser pitado por su público?

Fue muy difícil. Ya era una sensación extraña jugar en el Bernabéu con la camiseta de otro equipo, jugar en un estadio que ha sido tu casa y ver que en ese momento lo tienes todo en contra. Es complicado, pero ahí está la profesionalidad y personalidad para afrontar esos retos. Fue una experiencia difícil y extraña, porque la viví con el Torino y con el Deportivo de la Coruña cuando jugué contra el Madrid.

¿Considera esos momentos los peores de su carrera?

No, fue una experiencia diferente que me enriqueció y que me hizo madurar. Las palabras que mejor definen esos momentos son: sensación de extrañeza. Realmente, te sientes en tu casa, pero estás jugando con el equipo de fuera.

¿Mantienen alguna relación los miembros de la Quinta del Buitre?

Sí, tenemos cosas en común. Por ejemplo, este proyecto de Ford con Sanchís. También tenemos relación en otros proyectos que no tienen que ver con el fútbol, como que somos socios en una bodega de vinos. Aquí están también Butragueño y Michel, además de otros ex madridistas. Sí, seguimos manteniendo una buena relación.